viernes, 15 de junio de 2012

El Servicio de Asesoría de Inmigración de UGT en Burgos ha recogido, en colaboración con colectivos sociales, un decálogo con los más reiterados:

1. Abusan de la sanidad pública
Frente a la idea de que los inmigrantes colapsan la sanidad pública, bastan las cifras. Según Sanidad, el uso que hacen de ella es un 15% menor que el de los españoles. La Sociedad Española de Medicina Comunitaria (semFYC) confirma que los inmigrantes van al médico la mitad que los españoles: suponen un 10% de la población, pero sólo un 5% de los pacientes. Tampoco colapsan las urgencias. "Hay extranjeros sin tarjeta sanitaria que sólo pueden ir a urgencias. Aun así, sólo representan un 5% de este servicio", según la Sociedad Española de Medicina de Urgencias. Estos datos concuerdan con los de la Seguridad Social, que apunta que generan un 4,6% del gasto sanitario.

2. Vienen a cometer delitos
La población extranjera incide de forma directa en el aumento de la delincuencia. ¿Verdad o mentira? La Secretaría de Estado de Seguridad desmonta el bulo con un ejemplo: "En 2002, con la mitad de inmigrantes, la tasa de criminalidad era 1,5 puntos superior a la de 2006. Por lo tanto, no hay correlación entre inmigración y delincuencia". Expertos como José Luis Díez Ripollés, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Málaga, comparten esta teroía: "no puede afirmarse que la presencia de inmigrantes sea determinante a la hora de explicar los niveles delincuenciales". La Policía confirma que el 63,5% de las bandas criminales son mixtas (integradas por españoles y extranjeros).

3. Nos quitan el trabajo y no tienen formación
Según un estudio de La Caixa, no quitan el trabajo a los españoles, sino que crean más: hasta junio del año pasado, 241.000 inmigrantes crearon una empresa. Esta realidad descubre otro mito: el nivel de cualificación de los inmigrantes es superior al del puesto de trabajo que ocupan. Además, excepto los africanos, en general vienen igual o mejor preparados que los españoles. Gustavo Adolfo Pietropaolo, responsable de la Asesoría de Inmigración de UGT en Burgos señala que "el Reglamento de Extranjería en su artículo 50 impide expresamente que un extranjero ocupe un trabajo si éste está demandado por un ciudadano español".

4. Bajan el nivel de la Educación
Según la Confederación Española de Padres de Alumnos (CEAPA), esta afirmación es una falacia "rotundamente falsa". El problema radica en que deberían gestionarse mejor los recursos de las escuelas, como crear clases de refuerzo para quien lo necesite. Desde CEAPA también se puntualiza que tampoco es verdad que los extranjeros quiten las becas a los nacionales: "Las ayudas se dan a las personas que más lo necesitan y en este caso se trata de los extranjeros que vienen con menos recursos". En su opinión lo que haría falta es un mayor número de becas.

5. No se adaptan a nuestras costumbres
¿Qué es costumbre? Vecinos escandalosos o sucios los hay y los habrá, sean españoles o no. El choque inicial con los inmigrantes es normal, y no se puede pretender una adaptación inmediata. Pero es que hay españoles con usos molestos, y la lista sería larga. Siete de cada diez españoles e inmigrantes opinan que "la vida cultural se enriquece con las personas de otros países", según el Centro de Estudios de la Comunidad de Madrid. El 72% de los inmigrantes tiene amigos españoles, y la mitad de los españoles trata con extranjeros.
6. Tienen muchos hijos y copan las ayudas familiares
Una aportación de los inmigrantes ha sido evitar que el país siga estancado demográficamente, ya que la mayoría son jóvenes en edad reproductiva. Eso no significa que tengan muchos hijos, ya que han adoptado el modelo familiar español. España ha pasado de tener la tasa más baja de natalidad del mundo en 1999, con un 1,07, a un 1,37, según el padrón municipal de 2007. El 17,6% de los nacimientos producidos en España en 2005 fue de padre y/o madre extranjera.

7. Copan las ayudas sociales
En la Comunidad de Madrid, donde vive casi la cuarta parte de los inmigrantes que residen en España, los extranjeros que perciben la renta mínima de inserción (la prestación dirigida a los que tienen menos recursos) no llegan al 10%, según datos del sindicato UGT.

8. Se dedican a la prostitución
No es cierto que la mayoría de las inmigrantes se dedique a la prostitución. Según explica el colectivo Hetaira de defensa de los derechos de las prostitutas "es cierto que desde hace unos años la mayoría de las chicas que ejerce la prostitución en la calle es de origen extranjero, pero por la sencilla razón de que es el trabajo más duro, que las españolas ya no quieren hacer", lo que no quiere esto decir que las nacionales hayan dejado de ejercer, sino que la mayoría lo hace en locales. Desde Hetaira se apunta que, aunque no hay estadísticas al respecto, y ante afirmaciones interesadas sobre que cada vez son más los inmigrantes que acuden a las prostitutas, Hetaira subraya que la mayoría de los clientes "son españoles, y muchos de ellos son clientes fijos".

9. Tienen costumbres como la poligamia
La Constitución Española no contempla la poligamia, y el matrimonio español está regulado por el Código Civil, que tiene la monogamia como nota definitoria. En Marruecos, el Código de Familia establece que el marido pueda casarse por segunda vez si tiene permiso de la primera mujer, pero los enlaces de este tipo no llegaron al 3% en 2003. En Túnez, por ejemplo, está penada como delito. En el judaísmo la poligamia también está permitida; sin embargo, en el estado de Israel se prohibió en 1959.

10. La ablación
La ablación en España es un delito que se castiga con hasta 12 años de cárcel. Asociaciones, ONG, partidos políticos y la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID) llevan años luchando contra esta práctica, que en España no sólo se castiga con dureza, sino que incluso se prohíbe la salida del país ante la sospecha de que una niña viaje para someterse a una ablación. El comunidades como Cataluña hay un protocolo y decisiones judiciales que autorizan incluso a perseguir casos en el extranjero.  

domingo, 10 de junio de 2012


EL PUESTO DE TRABAJO Y LOS DERECHOS NO SE NEGOCIAN, SE CONQUISTAN LUCHANDO

LA LUCHA DE LOS MINEROS,

 Es la lucha del sacrificio, no solo luchan contra los recortes y la pérdida de los puestos de trabajo, luchan por defender su tierra la que moriría sino hubiera el trabajo de las minas, lo peor es lo que ellos saben, es la vileza del gobierno no solo el recortar el 63% de las ayudas al carbón, sino que es el saber que quieren abrir a la importación para favorecer a las Eléctricas, que tienen que consumir el carbón nacional. Esto no tiene buen color, el fin es la lucha de toda la sociedad, esta sociedad endeudada por culpa de la mala gestión de los Bancos y que pagamos todos, el hecho es que no hay dinero.



Ahora estamos todos con el rescate, el préstamo que quieren hacernos creer, pero mientras hay más de 6.000 personas luchando en La Cuenca Minera, y la Guardia Civil castigándolos por pedir lo suyo, a demás han mandado los cuerpos especiales GCR los GEOS de la Guardiacivil, ahí es nada, porque los de la Policía no tenían bastantes horas de gimnasio aun, y denunciaron la desmesurada fuerza de los Mineros. La gente piensa en los mineros y su forma de lucha que es desmesurada pero lo cierto es que no hay tantos heridos ni de unos ni de los otros, más detenidos que otra cosa, eso si, en plan terroristas los detienen, será porque son los cuerpos de la Guardiacivil que destinaban a detener terroristas, esos que matan y ponen coches bomba esta claro, es que como ahora vuelve la moda de llamar a todo el que se mueve y queja terrorista ya no sabemos la diferencia, y encima aplican las leyes a tal fin.



Explicar lo que siente un minero indignado no es fácil, ellos que están siempre en el fondo de la mina, que tienen que salvar a los suyos, cuando hay problemas, porque ahí no entran las emergencias, ni la policía, ellos con sus manos sacan a sus compañeros muertos, heridos, cuando hay derrumbes, cuando en la mina hay fatalidades, es otro mundo, por eso son fuertes y lucidos, saben lo que se juegan el pan y la sal, pero también la tierra en la que viven, que no tiene muchas salidas, son los que pasan del mar a la mina, por ganar un poco mas, que padecen enfermedades derivadas directamente de respirar en su trabajo, que luchan el dia a dia por sus familias y por su tierra.



El conflicto minero ha desembocado en una huelga general. UGT y CC OO han convocado un paro el lunes 18 de junio en todos los sectores de las comarcas mineras de Asturias, Castilla y León y Aragón. Los sindicatos intensifican así unas protestas que han vuelto a provocar cortes en las carreteras asturianas y leonesas y en la línea ferroviaria que une el Principado y Madrid.

La huelga general, promovida por las uniones comarcales de UGT y CC OO en las regiones afectadas, se convoca después de que ayer no se celebrase la reunión de la Mesa de Seguimiento del Plan del Carbón entre Industria y los sindicatos. Los representantes de los trabajadores se negaron a entrar al permitirse solo la asistencia de un miembro de cada federación. El secretario general de CC OO en Asturias, Antonio Pino, afirma que hasta ahora siempre habían entrado las delegaciones al completo y denuncia que esto demuestra que el Gobierno no está en la voluntad de solucionar los problemas. "No nos deja otra salida que convocar la huelga general".



Y como encontramos que en los periódicos ni en la televisiones sale nada de nada, a menos que sea para maltratarlos y favorecer al gobierno, tenemos que hacer un esfuerzo al publicar todo lo que sale en los distintos grupos a que tenemos acceso, solo en las redes sociales se lucha para darles voz, aquí traigo un poco de lo que se, y lo que me han contado desde los distintos grupos que tienen los mineros en la red y que ha abierto a tal fin. Publicare solo una foto pues en la red circulan muchas a las que podemos tener acceso desde los grupos de opinión y las paginas. Donde podemos apreciar, la gran fuerza y vitalidad que ejercen, su lucha a pedradas, contra las pelotas de goma, si cierto luchan con coraje, rabia, pero luchan, no como esta sociedad de conformistas que vemos cada dia en las manifestaciones, no por los que acuden a ellas sino por los que miran desde la acera sin creer que esto vaya con ellos, los inmóviles, descontentos de barra y tienda que hablan sin saber y callan cuando hay que gritar.

Nada mas que desear suerte a los mineros grandes luchadores que están dando un baño a todos los trabajadores y parados de este país enseñándonos como se defienden los derechos. Me despido con su lema “Si el gobierno tiene recortes nosotros tenemos picos y palas” y añado yo tengo blog y ganas de escribir y contar la verdad.



 ¿Adivinas quien va a pagarlo?



Lo han ido robando poco a poco entre unos y otros. Casi siempre de forma legal, gracias a unas leyes creadas por ellos mismos. Para meter mano a la caja común se inventaron indemnizaciones millonarias, sueldos estratosféricos, productos financieros ficticios...

Y ahora ese enorme agujero, ese saqueo en toda regla lo vamos a tener que pagar entre todos en forma de recortes de todo tipo.

En adel...ante los presupuestos generales habrán de contemplar una partida dedicada a pagar la deuda mucho mayor, y por tanto el dinero dedicado a otras partidas.. sociales, educativas, sanitarias, investigación... tendrán que disminuir proporcionalmente. Nos han robado, y no tienen intención de investigarse ni, mucho menos, condenarse entre ellos.

sábado, 19 de mayo de 2012

Carta de una doctora de Urgencias


Escándalo: La Verdad sobre los incentivos a los médicos en los hospitales de gestión privada o cómo se degrada la calidad y la ética profesional para asegurar el negocio.
Soy médico de urgencias y trabajo en el cada vez más reducido sistema público de salud. Por diversas circunstancias, durante un periodo de mi vida, me vi obligada a trabajar en un hospital de gestión privada, y supongo que, por eso, me han pedido que aporte algunos datos sobre ese tipo de sanidad que parece abocada a implantarse en todo el territorio nacional.
Antes de comenzar, quisiera explicar en qué consiste el sistema de triaje en urgencias. Cuando un paciente entra por la puerta de urgencias de un hospital es evaluado por un profesional sanitario, normalmente un enfermero/a, que toma las constantes vitales y cuestiona al enfermo para, según la gravedad de su patología, adjudicarle un color. De esta forma, por un código específico de colores, se atenderá con mayor celeridad al paciente que más grave esté. En mi comunidad autónoma, por ejemplo, se utiliza el sistema Manchester que funciona parecido a los semáforos de tráfico: el rojo (muy grave) se atiende antes que el verde (leve). Este sistema se creó para optimizar la atención de todos los pacientes, y me parece que funciona bastante bien.
Ahora bien, ¿qué es lo que pasa si a ese mismo código se le asocia un valor económico? ¿Qué pasaría si por cada paciente atendido con un código rojo se cobrase una productividad 10 o 20 veces superior a la de otro paciente con código verde?
En el hospital de gestión privada donde trabajé, el 50% del sueldo de los facultativos era variable y basado directamente de la productividad, productividad dependiente de si se había atendido a pacientes rojos, naranjas o amarillos…por lo que es fácil deducir qué tipo de pacientes era mejor atendido que otro.
Otra variante en el dividendo de la productividad consistía en el hecho de que un paciente acabara hospitalizado o fuera dado de alta a su domicilio. Aportaban mayor cantidad de dinero los que se marchaban que los que ingresaban. Dato éste que por si solo me parece suficientemente gráfico, y pienso no necesite más comentarios.
Además, me di cuenta de que algunos facultativos no atendían a los pacientes que no estaban acreditados. Por acreditado se entiende al individuo con su tarjeta sanitaria en regla y que, por lo tanto, el hospital de gestión privada cobraría al Estado una cantidad X por tratarlo.
¿Y por qué? Pues porque el hospital, al no poder facturar por su asistencia, tampoco pagaba al profesional que lo había atendido.
Salí espantada huyendo de un sistema sanitario que cosificaba a los enfermos y los convertía en mercancías; pero desgraciadamente, estos últimos meses están ocurriendo alarmantes cambios en el sistema público de salud.
En estos momentos, el sistema informático con el que recetamos la medicación, se bloquea en los pacientes sin acreditación. Población ésta de las más vulnerables, y a la cual se nos impide ni siquiera prescribirle un antibiótico.
Pero esto no solo ocurre a inmigrantes. En estos momentos también se nos bloquea el sistema con españoles con todos sus papeles en regla y que han cotizado toda su vida en la Seguridad Social, pero que se encuentran en una comunidad autónoma distinta de la de su lugar habitual de residencia. A esos pacientes que quizás hayan salido de casa durante un fin de semana, tampoco podemos prescribirles fármaco alguno.
Y por último, quiero explicar lo que sucede con los especialistas en los hospitales de gestión privada. Alguien muy cercano a mi, desgraciadamente, sufre una de las enfermedades que podrían etiquetarse como raras. Dicha persona tenía un seguro privado y, al inicio de los síntomas, se le atendió en un precioso hospital privado con habitación individual con 2 camas, baño, TV y un catering con suculentas comidas. Hasta ahí todo iba bien. Confort, mucho confort. Pero ¿qué ocurre en los hospitales de gestión privada? Pues que te atiende un internista. ¿y quién es un internista? Pues un médico que sabe de todo. Sabe de todo, pero no es especialista de nada. Sería algo parecido al médico de familia, pero a nivel hospitalario. En principio y en la mayoría de los casos, un internista podrá atenderte correctamente. Ellos se ocupan de todos los pacientes con patología médica y el especialista solo está como consultor o para realizar pruebas complementarias. Por ejemplo, si tienes una neumonía, el internista te pautará un antibiótico, y solo en el caso de que necesites una broncoscopia, vendrá un neumólogo para realizarte dicha prueba y nada más.
Pero ¿qué pasa si tus síntomas no encajan con ninguna enfermedad conocida? ¿Qué ocurre si tu médico no sabe qué tratamiento ponerte? Podrá consultar a dicho especialista que probablemente tampoco conozca la citada patología, y empezarás un largo peregrinaje de un especialista a otro, esperando toparte algún día con el iluminado que pueda ayudarte.
Y eso hicimos nosotros, buscar y buscar hasta que convencimos a nuestro enfermo para que se cambiase de sistema sanitario y fuera atendido en la Seguridad Social. A diferencia de los hospitales privados, en los públicos no tienes una habitación individual ni una selecta cocina, pero hay facultativos de todas las especialidades. Médicos especialistas que además se reúnen entre ellos y hacen sesiones clínicas. Sesiones interdisciplinarias donde no solo estarán los neumólogos, por ejemplo, sino que estos se juntarán también con los cardiólogos o digestólogos para discutir esos casos raros que difícilmente una sola persona podrá resolver. Muchas mentes pensantes, reunidas y trabajando juntas por un mismo paciente, tienen siempre muchas más probabilidades de acertar que una sola pensando en solitario.
Me siento profundamente agradecida a todos mis compañeros del sistema público de salud que dedicaron su tiempo y esfuerzos a estudiar la enfermedad de mi familiar. Trabajo y horas de estudio no remuneradas económicamente, pero que seguro les aportaron una gran satisfacción personal por su carácter altruista y humano.
Expongo estos datos de mi experiencia personal esperando que sirvan de punto de reflexión a los escépticos y a los aletargados que todavía piensan que los cambios que ya sufrimos y los que se avecinan en nuestro sistema público de salud no son tan graves.
(Por razones obvias, guardamos el anonimato de la doctora que nos envía esta denuncia.)



Fuente: InSurGente.org
[N. de IDP] Acabaremos con estas prácticas, porque…

Esto es solo el principio


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miércoles, 16 de mayo de 2012

Carta de un investigador al rey don Juan Carlos





Querido Juan Carlos,

Me llamo Alberto Sicilia, y soy investigador de física teórica en la Universidad Complutense 
de Madrid. Hasta el año pasado, enseñaba en la Universidad de Cambridge. Decidí regresar a España porque quería contribuir al avance científico de nuestro país.

A las pocas semanas de llegar, me llevé la primera alegría: Francisco Camps obtenía un doctorado cum laude apenas 6 meses después de dimitir como presidente de la Generalitat. Escribí dos cartas para felicitarle, pero no me respondió. Paco debe estar muy ocupado. Quizás le contrató Amancio Ortega para que diseñe la colección de trajes primavera-verano.

Abrí la segunda botella de champán al conocer los Presupuestos Generales recién presentados. La inversión en ciencia se recorta en 600 millones de euros. Imagínate que se nos ocurre apostar por la investigación y acabamos ganando un Nobel: quebraríamos el orden geopolítico mundial. Hasta ahora, los Nobel científicos son para británicos, alemanes, franceses o americanos. Nosotros nos llevamos los Tours, los Rolland Garros y las Champions League. Si empezásemos a ganar también en ciencia, ¿qué consuelo quedaría para David, Angela, Nicolas y Barack?

He sufrido la tercera y definitiva conmoción al saber de tu safari. Dicen los periódicos que costó 37.000 euros, dos años de mi salario. Los que nos dedicamos a la ciencia no lo hacemos por dinero. Al terminar nuestras tesis doctorales en física teórica, algunos compañeros se fueron trabajar para Goldman Sachs, JP Morgan o Google. Quienes continuamos investigando lo hicimos por pasión. La ciencia es una de las aventuras más hermosas en las que se ha embarcado la especie humana. Al regresar a España, entendí que atravesábamos una situación económica complicada. Por eso acepté trabajar con muchos menos recursos de los que ofrecía Cambridge y un sueldo inferior al que ganaba cuando era estudiante de primer año de doctorado en París.

Juancar, tengo que darte las gracias. Tu aventura en Botsuana me ha hecho comprender, definitivamente, cómo es el país al que regresé.

Regresé a un país donde el Jefe del Estado se va a cazar elefantes mientras cinco millones de personas no tienen empleo. Regresé a un país donde el Jefe del Estado se opera de prótesis de cadera en una clínica privada, mientras miles de compatriotas esperan meses para la misma intervención. Regresé a un país donde el Jefe del Estado se va de vacaciones en jet privado mientras se fulminan las ayudas a las personas dependientes.

Que yo me marche a otro lugar para seguir mis investigaciones no será una gran pérdida para España. No soy el Einstein de mi generación. Pero me desespera pensar en algunos físicos de mi edad que son ya referentes mundiales en las mejores universidades. Muchos de ellos soñaban con regresar un día a España. Teníamos la oportunidad de cambiar, al fin, la escuálida tradición científica de nuestro país. Nunca volverán.

Hemos convertido España en un gran coto de caza. Pero aquí no se persiguen elefantes ni codornices, sino investigadores. Dentro de poco podremos solicitar subvenciones a WWF por ser especie en extinción.

Permíteme terminar con otra cuestión que me turba. En África hay cientos de jóvenes españoles trabajando como cooperantes en ONGs. Chicos y chicas que viven lejos de sus familias porque quieren aliviar el sufrimiento humano y construir un mundo más decente. Si tenías tantas ganas de viajar a África, ¿porqué no fuiste a abrazar a esos muchachos y a recordarles lo orgullosos que estamos de ellos?

Juancar, en tu último discurso de Navidad afirmaste que “todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar”. Y digo yo, si unos meses después tenías planeado ir a cazar elefantes, ¿por qué no te callas?

Dr. Alberto Sicilia.
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